lunes, 29 de diciembre de 2008

Una Mirada atrás.


Estamos finalizando un año mas. Tiempo de balances y nuevos propósitos. Hoy he vuelto a buscar aquel libro ya amarillo de lectura obligada en la facultad. Siempre me gustó ver en los viejos libros su precio y las notas de alguien, anónimo, hoy ya las veo en mis libros, pero hay que sentirse fuerte, seguro e ilusionado aunque pase el tiempo.

El libro es una edición de 1985 de un profesor francés, Gazier “El Crack del 29”, precio 500 pesetas, comprado en la librería Fuentetaja de la calle San Bernardo de Madrid. Aunque los jóvenes de hoy no lo crean, en librerías como ésta, aprendimos a ser libres los de una generación. Hoy tengo la misma sensación de aprender y ser libre con el ordenador, en Internet.

El libro tiene mis notas al lado de algunos gráficos primitivos, hoy con cualquier hoja de calculo, se hacen los gráficos mucho mas expresivos y bastante mejores, que en el año 85, como hemos cambiado en tan pocos años.

Lo que mas recuerdo del libro, es su análisis social, la perdida de dignidad de las masas de personas que perdían su empleo, y sus hogares, en aquella terrible crisis mundial. No sé si hemos aprendido algo de aquellos tiempos, pero seria deseable trabajar en mecanismos de protección en nuestra sociedad, que protejan la dignidad de las personas.

“En todas partes se puso en evidencia una evolución: la que va, para el nuevo desempleado, de la febril búsqueda de trabajo al descorazonamiento, y luego a la apatía dentro de la calma aparente: la lasitud final de aquel que ha renunciado a todo amor propio y evita los contactos sociales en una profunda y ansiosa humillación.”

Este tipo de problemas, como el desarrollo del llamado “tercer mundo”, deberían ser nuestras preocupaciones y deseos, pero me temo que seguiremos viendo el mundo desde nuestro óptica individualista-materialista occidental. El mundo que tanto cambia, no ha alcanzado a determinados problemas pendientes de resolver y tiene que buscar soluciones, porque las hay.

Este Caballero Andante, os quiere transmitir la esperanza de ser mejores, de que siempre hay soluciones, de que los humanos somos cada vez mejores y más fuertes.

Para el próximo 2009, afrontémoslo con esperanza y fortaleza.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Crisis, Consumo y Vida.

Está claro que atravesamos un momento económico no muy bueno, sobre todo para los que pasan dificultades con el empleo, pero vamos, si analizamos de donde venimos no parece tan grave el asunto.

Si vemos los crecimientos de solo los últimos quince años, nuestro crecimiento PIB, fue de una media del 3% anual, esto es, hemos crecido de forma exponencial en estos quince años un 55,79 %, si como resultado de está crisis decrecemos los últimos años, sobre el 1 o 2 por ciento, nos encontraremos que en los últimos veinte años habremos crecido por encima del 50%, no esta mal, estas son las cifras frías.

La gente dice que este sistema está acabado y que hay que cambiar de sistema, porque se han cambiado de coche cada cuatro años y quiere seguir haciéndolo, porque se van de vacaciones en verano, en invierno, en primavera y a las rebajas a Nueva Cork y también quiere seguir haciéndolo, porque se han recorrido todas las tiendas de ropa y restaurantes y quieren seguir haciéndolo.

Los bancos no dan dinero y son malos, pero para que los bancos den dinero, alguien tiene que ahorrarlo.

Algunos tienen mucho y otros tienen poco, se habla de igualdad. Quiere decir esto que tenemos que repartir lo que tenemos, ¿estarías dispuesto a repartir con tus padres o tus hermanos lo que tienes?

Ya respondo yo, consultar con cualquiera en el tema herencias, todo son conflictos, luego no es posible.

Alguien tiene que dar un poco de sensatez y decir a todos estos que se corten un poco, no sé si será posible.

Este Caballero Andante que ya ha vivido un poco, opina que todo es mucho más sencillo. La vida es tener tus recursos básicos cubiertos, tener una preparación media, aunque siempre encontraras a alguien con más carreras, más idiomas, mas master, etc. que tú.

En definitiva, nada es perfecto arregla tu entorno inmediato, ayuda a sacar adelante a los tuyos como nos sacaron a cada uno, cuida a los mayores y no tomes decisiones que puedan amargar la vida a los que tienes alrededor.

Y recuerda, que nadie te confunda.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Crecer o no crecer

Crecer o no crecer elmundo.es
¿Es posible crecer ilimitadamente en un mundo con recursos limitados?
Expertos y pensadores plantean la posibilidad de tender al decrecimiento

TANA OSHIMA
MADRID.- ¿Desaceleración? ¿Recesión? ¿Crisis consolidada? Los titulares de la prensa de los últimos meses han desatado la alarma sobre lo que algunos pensadores, economistas y ecologistas revolucionarios consideran un desastre anunciado. ¿Realmente nos hemos creído que es posible un crecimiento ilimitado en un mundo limitado? Ésta es la pregunta que los impulsores de este movimiento en auge que no nuevo, llamado decrecimiento, lanzan al aire al tiempo que responden con rotundidad: no es posible continuar creciendo a este ritmo porque no hay recursos naturales suficientes.

Desde el siglo XVIII se ha transformado el 45% del territorio del planeta. Hoy, las ciudades ocupan el 2% de todos los continentes y crecen a un 0,25% anual. En el último siglo, la población se ha cuadruplicado �y continúa creciendo un 1% cada año� y el consumo energético y de agua por persona se ha multiplicado por 20. Científicos y decrecentistas nos alertan: «¡Hemos sobrepasado la capacidad de carga de la Tierra!».
Y es un desastre anunciado porque ya lo habían advertido expertos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en los 70 cuando prepararon un informe para el Club de Roma, y mucho antes Mahatma Gandhi, y mucho antes los mismos economistas clásicos, como John Stuart Mill o Joseph Schumpeter, quienes auguraban que la acumulación indefinida no era posible y que tarde o temprano vendría el estancamiento. Pero la euforia económica de la segunda mitad del siglo XX trajo consigo la amnesia y pronto el mundo se olvidó de sus propios límites.
La teoría del decrecimiento se presenta como una alternativa, una tercera vía hacia un mundo más feliz, que va más allá del desarrollo sostenible (al que considera un oxímoron), pero más que proponer una solución concreta pretende romper con la creencia arraigada equiparable, según sus impulsores, a la fe religiosa de que el crecimiento económico aporta bienestar. El Producto Interior Bruto (PIB), dicen, es un indicador irreal, pues no tiene en cuenta el valor de los recursos naturales, que deberían estar integrados en la economía, ni los valores intangibles que sí repercuten en el flujo económico (como el trabajo doméstico o el deterioro de la vida social debido a un exceso de trabajo), ni la calidad de vida de las personas.
El sistema económico necesita un crecimiento continuado para mantenerse.
La idea es que hoy no somos más ricos porque tengamos más coches, sino más pobres porque tenemos menos selva amazónica. En palabras del antropólogo y economista francés Serge Latouche, uno de los actuales guías de este movimiento, vivimos en «una dictadura del índice de crecimiento» que «fuerza a las sociedades desarrolladas a vivir fuera de toda necesidad razonable». Es decir, la economía actual no puede sobrevivir sin dejar de crecer, de modo que cualquier desaceleración en el crecimiento supone un duro golpe a sus cimientos, y su buena salud pasa por continuar creciendo exponencialmente. La acumulación indefinida de bienes y servicios es, de hecho, el motor del actual modelo económico. Y no es cuestión de capitalismo o socialismo, señalan, ya que todos los modelos conocidos hasta ahora se han basado en el crecimiento.
Latouche recuerda la infelicidad que está provocando el modelo vigente, con un índice cada vez mayor de suicidios, ansiedad, miedo y necesidad de protegerse de los efectos adversos del desarrollo. Precisamente, el sistema de acumulación exponencial que mantenemos hoy es, según él, el que conduce a la enfermedad social llamada consumismo, que genera una avidez ilusoria y nos hace despreciar los objetos que tenemos aún válidos, pero no nuevos para desear los que no tenemos y que el mercado nos ofrece en bandeja. Un sistema que ha llegado a su propia contradicción, ya que el ritmo acelerado de producción de bienes sería casi inversamente proporcional al ritmo de pérdida de recursos naturales. «La rueda gira cada vez más rápido sólo para mantenernos igual, o peor», explica Ernest García, catedrático de Antropología en la Universidad de Valencia.
El decrecimiento invita a adoptar voluntariamente un estilo de vida más sencillo.
Por eso, más que nunca, para los decrecentistas, el objetivo es romper con la actual tendencia y devolver el medio ambiente a la esfera de los intercambios comerciales. Nicholas Georgescu-Roegen, padre del concepto, fue uno de los primeros en detectar las fisuras en el sistema económico y alertó de que éste no se correspondía con las leyes físicas y biológicas. De esas fisuras, dicen sus defensores, surgen problemas como la pobreza. Para ellos, algo está fallando cuando las acciones de una empresa suben al despedir masivamente a sus trabajadores o cuando las guerras aumentan el PIB de algunos países. «La máquina puesta en marcha para crear bienes y productos es la misma que crea sistemáticamente la miseria», dijo el ex diplomático iraní Majid Rahnema. Nuevos indicadores como la huella ecológica se alzan como alternativas más realistas al denostado PIB.
¿Cuál es la solución? El decrecimiento no se refiere a una desaceleración o un crecimiento negativo del PIB, sino a una ausencia de crecimiento económico en favor de un aumento del bienestar, acompañado de una reducción demográfica. El lema es «vivir mejor con menos»... ¿pero cómo? En este punto es donde se bifurcan los distintos teóricos. Están los que exigen renunciar a toda tecnología, los que auguran el fin de la civilización humana, los que proponen una reducción drástica de la población o los que confían en la sensatez del hombre para hacer una transición gradual hacia una sociedad del bienestar verdadera. «Se trata de mantener cierto nivel de vida. Más lento, más pequeño, mejor», dice Ernest García. En todo caso, la transición hacia el decrecimiento no puede plantearse en términos económicos, recuerda Latouche.
Así pues, no existe un modelo definido, pero sí sugerencias de una sociedad futura basada en la cooperación, la eficiencia y el respeto a la naturaleza, donde la tecnología adecuada, como las energías renovables, nos permitirían mantener muchos de los hábitos de vida a los que estamos acostumbrados. «No es cuestión de volver a las cavernas», añade el catedrático, para alivio de muchos. Pero... ¿qué tienen de malo las cavernas?, se pregunta Latouche.

Negavatio
Una propuesta para calcular la energía ahorrada.
En 1989, Amory Lovins, del Rocky Mountain Institute de Estados Unidos, acuñó el término negavatio para referirse a la unidad de medida para la eficiencia energética, o lo que es lo mismo, de la energía ahorrada. Durante una célebre conferencia en Montreal, Lovins criticó el enorme e inútil gasto que EEUU asumía en suministrar electricidad, cuando se podía hacer de manera mucho más barata y eficiente. Concretamente, el concepto del negavatio consiste en invertir para hacer más eficiente el consumo energético en lugar de hacerlo para generar más energía. Los beneficios serían tanto para la economía como para el medio ambiente.
Lovins especuló acerca de un posible mercado en el que se pudiera negociar con estas unidades.
Factor 4
Podemos ser cuatro veces más eficientes.
En 1972, un informe elaborado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) por encargo del Club de Roma dejó atónito al mundo al plantear que el crecimiento ilimitado no era posible en un mundo limitado. Casi 15 años después, el Club de Roma encargó un nuevo informe, esta vez escrito por A. Lovins, autor del negavatio, y E.U. von Weizsäker, del Instituto Wuppertal de Alemania. El informe afirmaba que con la tecnología disponible era posible multiplicar por cuatro la eficiencia e incluso aumentar el bienestar reduciendo a la mitad el consumo de los recursos y conservando el resto. Pero la eficiencia tiene un temido efecto rebote conocido como la paradoja de Jevons que hace que el consumo de un recurso aumente cuando se incrementa su eficiencia.
Disvalor
Todo lo que no tiene en cuenta la economía.
Fue en 1968 cuando pensadores como Ivan Illich utilizaron por primera vez este concepto enmarcado en una crítica al economicismo. El disvalor se refiere a las pérdidas que no se pueden calcular en términos económicos. El filósofo alemán, conocido iconoclasta, puso como ejemplo la imposibilidad de estimar desde la economía la pérdida que le supone a un individuo la ausencia de pies en un mundo dominado por el automóvil: «El economista no tiene ningún medio de valorar qué le pasa a una persona que pierde el uso efectivo de sus pies porque el automóvil ejerce un monopolio radical sobre la locomoción». En la misma línea, otros autores critican la incapacidad de la economía para calcular el valor de los factores que aumentan el bienestar, como el tiempo libre.
Downshift
Un cambio de vida hacia la simplicidad.
Adoptar la simplicidad como modo de vida es el lema de varios de los movimientos que surgen paralelos al decrecimiento. Uno de ellos es el downshifting (rebajar nuestro ritmo de vida), muy similar (y de hecho se han unido) al movimiento Slow (apología de lo pausado). El estilo de vida slow o downshifted supone trabajar menos y dedicar más tiempo al bienestar: a estar con amigos y familia, a comer despacio, a pasear y deleitarse. Las posibilidades de lograr un downshift son más altas en las ciudades pequeñas (según el movimiento Slow, con poblaciones de no más de 60.000 habitantes). Se trata de cambiar el esquema de valores y el orden de prioridades en una sociedad en la que se dedica hasta diez veces más horas al trabajo que a los hijos.
Entropía
Lo que nos dice la teoría de la termodinámica.
El economista rumano Nicholas Georgescu-Roegen fue el padre de la economía ecológica o bioeconomía, por lo que es tenido también como maestro por los teóricos del decrecimiento. Georgescu se replanteó la validez de la economía neoclásica –la vigente– al estar ésta desvinculada de la realidad física y biológica. La gran novedad de este teórico revolucionario fue incorporar a la economía las leyes de la termodinámica. Concretamente, Georgescu se basó en la entropía (segundo principio de la termodinámica) para hablar de la inevitable escasez económica: toda producción supone una reducción de la energía. El crecimiento era, pues, perjudicial y paradójico, por estar destinado a terminar con los recursos, necesarios precisamente, para crecer.
PIB verde
En busca del indicador más fiel a la realidad.
El fracaso del PIB como indicador del nivel de vida de una sociedad ha llevado a varios economistas a pensar en un nuevo medidor que incluya otros muchos parámetros, incluidos los del medio ambiente. Uno de los nuevos indicadores es la HANPP (Apropiación Humana de la Producción Primaria Neta de Biomasa), que mide la pérdida de biodiversidad. Pero éste no mide tampoco todos los aspectos que afectan a la realidad, por lo que se barajó la idea de crear un PIB verde o Índice de Bienestar Económico Sostenible (ISEW) o el Índice de Progreso Genuino (GPI). Quizás el medidor más extendido sea la huella ecológica, que calcula las hectáreas que cada persona necesita para satisfacer su vida, incluso para absorber el CO2 emitido.

jueves, 6 de noviembre de 2008

De la cultura rural y el bienestar urbano.

Amigo/os desconocido/os, sobre la respuestas a mis líneas apresuradas anteriores y quizás poco pensadas, no puedo estar mas de acuerdo con las observaciones que se hacen.

Es por ello, que aprovecho tus comentarios para iniciar estas líneas.

No sé si hay que hacer campaña por la gente del campo, pero si tengo que decir de ellos, que no estaría de más incluir en los centros de enseñanza a estas personas. Ellos, sin haber estado en ninguna escuela, en muchos casos, son depositarios de la sabiduría popular, que poco a poco se pierde. Ningún maestro ni catedrático o doctor me han enseñado, lo que significa que el lucero viene bajo, que la montaña coronada de nubes tiene un significado, que las retamas con muchas semillas presagia un buen año de cosecha, que la observación de los primeros días de agosto, las cabañuelas, nos anuncian como será en año siguiente, y muchas más observaciones del mundo que nos rodea, transmitido de generación en generación.

Lamentablemente, el mundo rural es un gran desconocido, solo hay que mantener una conversación al borde cualquier cuneta con ese pastor que cuida su rebaño, de los pocos que van quedando, y darse cuenta que esta forma de vida se acaba. La economía de la gente del campo está muy resentida, los precios como hace veinte años, los abonos y los piensos, al contrario, por la nubes.

Volviendo a nuestros mayores, hay otra expresión que no se me olvida, “si pensáis que la gasolina es cara, no os podéis imaginar los precios del pan, la leche, la carne, si dejamos que otras países nos los suministren, por eso nos pagan las subvenciones”, hay que proteger el campo y a sus gentes porque dependemos de ellos.

Los que vivimos en el mundo occidental disfrutamos de una sociedad de privilegio, inspirada en la sociedad griega de hace más de dos mil años. En la Grecia que inspira nuestra forma de vida actual, paradójicamente la mayoría eran esclavos, solo una minoría disfrutaba de ciudadanía y libertad, a ellos les debemos los principios de la forma de organización de la vida actual.

Pues bien, afortunadamente para nosotros, algunos disfrutamos de esa libertad, respeto a las personas, democracia formal y respeto a los derechos humanos, pero a nivel global estamos como en la antigua Grecia, la mayoría de ciudadanos del mundo son esclavos de alguna manera, esto es lo que debe cambiar y ese cambio, significa que nosotros los privilegiados, tenemos que ceder.

Una reflexión ecologista final, “Los ciudadanos de Asia nunca podrán tener papel higiénico en sus servicios, no hay bosques suficientes en el mundo para satisfacer tal demanda”

Esta imagen trasládala, a cualquier bien de consumo en occidente, coches, calefacción y en definitiva todos los productos que consumimos en nuestras sociedades del bienestar.

Es necesario reflexionar y plantearnos como debe ser nuestro futuro.
Un saludo de este Caballero Andante mesetario.

sábado, 25 de octubre de 2008

Una mañana de caza

Es otoño, y está abierta la veda, el tiempo en el que se permite cazar. Estamos cambiando mucho y parece necesario, quizás, pero no me acostumbro a ese repique de tiros en la lejanía. Nuestra campiña es tomada por cazadores procedentes de media Europa con un todo incluido con perdices.

Lejos quedan los tiempos de nuestros abuelos, recargando uno a uno sus cartuchos, y con escopetas de un solo cañón donde había que ser bueno a la primera, si querías tener carne en la sartén. Los que hemos nacido en el campo aunque lo dejamos pronto por la ciudad, no olvidaremos esas jornadas de caza, ese instinto de saber donde estaría la liebre o el conejo y donde podría saltar esa perdiz.

Con mi abuelo, nunca volvíamos a casa de vacío, si no había carne para la cena, habría setas, el sentido de utilidad de la gente del campo, años después cuando el ya no salía y yo volvía sin ninguna pieza, casi siempre, no comprendía como me pasaba la mañana con la manta y la escopeta sin haber matado nada, que os dan en Madrid, decía, pero mi recompensa era la mañana en el campo, en soledad, al amparo de un chaparro, oyendo el viento en los matorrales, ese viento que aquí casi era visible y en Madrid ni se notaba.

Han sido muchas las jornanas de caza y muchos los recuerdos, desde que en aquella escuela aquel maestro nos leyó una página de Delibes y creí que alguien leía mis pensamientos, ya siempre me acompañarían sus libros, y ocupan un lugar especial en mi pequeña biblioteca.

Hoy si mis hijos me ven con la escopeta, poco menos que tengo que salir a escondidas, me dicen ¿papa no iras a matar un animal?, como nos cambia la vida, de una sociedad rural a ecologistas incapaces de matar un pollo o un conejo pero si de comérselo, como explicar que las proteínas de hace unos años eran carne de caza, no había frigoríficos ni dinero para comprar los filetes, que hoy se compran primorosamente cortados y empaquetados, como hemos cambiado y que nos dure, otra coletilla de los mayores, que nos dure.

Un recuerdo a todos los que amáis y respetáis el campo.

domingo, 5 de octubre de 2008

Vuelta a una sociedad rural?

Se ven por el horizonte de los tiempos actuales un cierto panorama oscuro. Hay quién augura que el mundo camina al borde del abismo en estos días.

La sociedad en la que vivimos nos hace muy dependientes a los unos de los otros, el vigilante de un salto de agua en una montaña, que pierde su empleo porque su empresa quiebra y no le paga el sueldo, por ejemplo, puede dar origen al caos total, porque el corte de ese fluido eléctrico puede originar la caida de todo el sistema.

Pero es que además, todos somos un poco como ese vigilante, desempeñamos funciones diariamente que están interconectadas y el cierre generalizado de empresas puede desencadenar el mayor de los caos que algunos agoreros auguran como la era Mad Max, caos total, el Estado y los servicios públicos desaparecen, hay que sobrevivir por tus propios medios.

Este Caballero Andante que hace estas reflexiones, piensa que el efecto mariposa que puede producir este vigilante de salto de agua que es despedido, no llegará a tanto, pero si puede dar origen a un cambio en la sociedad tal y como la conocemos hoy día. La historia de la humanidad está llena de grandes convulsiones de todo tipo, y nuestra sociedad puede llegar a encontrarse un día en la base de la pirámide de Maslow, es decir, lo importante es sobrevivir, vamos, no morirse de hambre.

¿Que vale más un billete de 500 euros o media docena de huevos?, está pregunta tan obvia para la gente joven, no tiene una respuesta tan clara, por ejemplo, para nuestros mayores que vivieron situaciones difíciles no hace tantos años. Un papel morado como este del que hablamos, dudo que alguien lo aceptara a cambio de una simple lata de atún, en caso de un desabastecimiento generalizado, por ejemplo.

Amigo mesetário, no estaría de más instruirnos en el ejercicio de la agricultura y otros ejercicios de sabiduría popular.

¿Cómo se siembran y cultivan las patatas, tomates, etc?
¿Cómo se cultiva la tierra?,
¿Cómo se trata un catarro y otras dolencias sin medicinas?
¿Qué comen los conejos y como se les quita la piel?
¿Cómo se despluma un pollo?

La capacidad de adaptación del ser humano es deslumbrante, nuestros genes llevan en su memoria la capacidad de adaptación a todo tipo de situaciones producto de la evolución de millones de años.

Aprende y se feliz, y que nadie te confunda, incluido este caballero andante perdido en la meseta y un poco despistado.

sábado, 20 de septiembre de 2008

El Casar una ciudad para vivir?

Cada semana, cada año, vemos como se llena de cemento ésta tierra calma de Castilla. El llamado casco urbano se llena de coches cada día, hace años recorrían algunas bicis por sus calles favorecido por la orografía plana del terreno, hoy pocos paisanos se arriesgan frente a los vehículos de todo tipo que literalmente han invadido como un ejercito agresor su calles, aceras y cualquier explanada.

El aire limpio de la tarde castellana se ha transformado en un aire que no invita precisamente a sentarse en la puerta de nuestra casa, mejor cerrar puertas y ventanas por que además va acompañado de un rumor inaguantable.

¿Como es posible que en medio de la meseta estemos llegando a estas situaciones?

Hay que cambiar el rumbo a está situación. Para cuando un urbanismo sostenible. Es necesario empezar a tomar medidas, que por otro lado no son nada complejas.

Hay que construir grandes aparcamiento disuasorios en la entrada de nuestro casco urbano, restringir el trafico en el interior del mismo.

Para cuando una gran superficie verde que alivie la presión de la construcción sobre el casco histórico.

Lamentablemente, nos estamos cargando una forma de vida y lo que ello conlleva con este exceso de hormigón.

Es lamentable tener que irse a pasear, por otros pueblos vecinos (que no menciono para proteger), para recuperar el sabor de nuestro estilo de vida castellano, que ya hemos perdido.

¿Cuanto tiempo hace que no habeis visto amanecer?, ¿cuanto tiempo hace que no ois el rumor del viento sobre un pinar?, ¿cuanto tiempo hace que no habeis visto un animal en su habitat natural?.

Que la vida os depare buenas sensaciones.


lunes, 8 de septiembre de 2008

Municipio sostenible

Un municipio sostenible es aquel que satisface de forma equitativa las necesidades de sus habitantes sin comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras.

Recomendaciones:

  • Utilizar de manera eficiente sus recursos, ahorrar agua y energía.
  • Utilización de recursos renovables, con un ritmo inferior al de su regeneración.
  • Reducir, reutilizar y reciclar los residuos.
  • Aplicar mecanismos para minimizar la contaminación desde el origen.
  • Hacer el municipio más confortable para los desplazamientos a pie o en bicicleta, y potenciar el transporte público, en detrimento del uso del vehículo particular.
  • Constituir un conjunto equilibrado, con barrios diversificados y multifuncionales que favorezcan les interrelaciones sociales y minimicen los desplazamientos.
  • Conservar y potenciar la biodiversidad y preservar los ecosistemas y un entorno paisajístico que garantice una mejor calidad de vida.
  • Planificar y gestionar adecuadamente su suelo, compatibilizando el desarrollo del municipio con la conservación del paisaje y garantizando una adecuada integración de los diversos usos del territorio.
  • Contribuir a los retos de la conservación del planeta, reduciendo las emisiones a la atmósfera de productos que provoquen el cambio climático y la destrucción de la capa de ozono.
  • Fomentar una estructura económica diversificada que garantice mayor estabilidad socio-económica, reduzca los desplazamientos de las personas y disminuya el transporte de bienes.
  • Dotar de una cobertura amplia y equitativa a las necesidades sociales básicas de sanidad, educación, acceso a una vivienda digna, y a un trabajo remunerado.
  • Desarrollar programas de integración social de los sectores marginados y aceptar la diversidad de su ciudadanía.
  • Garantizar el acceso a la información a todos los ciudadanos e implantar sistemas para promover su participación en la toma de decisiones.

Cumplimos alguna recomendación en El Casar. Tenemos una moderna Planta de recogida de residuos enfocada a los escombros de la construcción, creo que se ha inaugurado y no funciona. No hay contenedores para separar la basuras en origen, ni se esperan, los contenedores de papel y vidrio se recogen de forma deficiente, etc,etc. Las depuradoras van para largo.

Como dice el refran castellano, "menos predicar y más dar trigo"

lunes, 1 de septiembre de 2008

La Mitad de España un desierto

España estrena, tras 14 años de retrasos, su primer Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación. La estrategia contra este secular mal de nuestros suelos viene a reconocer que un 37% de la superficie del país tiene riesgos muy altos, altos y medios de erosionarse para siempre. España tiene abierta la puerta a un fenómeno muy adverso que bien podría llamarse 'sahelización'.
Se nos cuela el desierto, pero las medidas se aplican con cuentagotas y sin nueva dotación presupuestaria. Aunque el programa -publicado en el BOE el pasado día 26 de agosto-, detalla la mayoría de los problemas y la manera de atajarlos, se olvida de uno importante: la pérdida de suelo fértil provocada por el desarrollo urbanístico y de infraestructuras, según ha denunciado Ecologistas en Acción.
La magnitud de la 'africanización' es inmensa, como reconoce la estrategia y todos los actores que han trabajado por sacar adelante este documento, que debía haberse aprobado tras la adhesión de España al Convenio de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, vigente desde 1994. Una dificultad que se ve incrementada por el cambio climático, la subida de las temperaturas y un menor régimen de lluvias.
España es uno de los países de la UE más afectados, junto a Grecia e Italia. La pérdida media de suelo fértil era en 2001 de 17 toneladas por hectárea y año. Una simple multiplicación da idea de la dimensión de la erosión: 67 millones de toneladas caen cada año por los barrancos y fluyen por los ríos para terminar en el mar o en el fondo de los embalses (todavía peor). La fila de camiones de 25 toneladas necesarios para transportar tantos recursos en forma de suelo -que daría la vuelta al mundo 1,5 veces-, se ha incrementado un 8% desde 2001.
En una estación experimental en Lamaja, Huesca, la pérdida de suelo registrada ha sido de 752 toneladas por hectárea al año. Si se pudiera ver a cámara lenta, se entendería lo que ocurre cuando millones de gotas de agua impactan contra el suelo desnudo: la tierra salta dos metros en horizontal y uno en vertical; varios kilos de tierra se movilizan en cada metro cuadrado. Si no hay raíces o plantas, la tierra cae ladera abajo.
El impacto de la urbanización
El país se va por los ríos y se colmatan los pantanos. Las islas Canarias orientales, el sureste peninsular y amplias zonas del valle del Ebro son las regiones más afectadas. En todos ha habido enormes transformaciones del territorio las últimas décadas que han acelerado la desertificación ya en curso. Laboreo intensivo de los cultivos, aplanamiento de grandes extensiones para situar invernaderos, autopistas, vías férreas y millones de chalés y viviendas con sus viales, accesos y escombros. Cemento que tapa, inertiza, y, ni deja transpirar a algo tan valioso como es el suelo.
"La urbanización y la construcción son las más importantes causas de la destrucción y transformación irreversible del territorio", afirma Theo Oberhuber, coordinador de Ecologistas en Acción y portavoz de las ONG en la reciente Cumbre de Desertificación de la ONU que tuvo lugar el año pasado en Madrid. Aunque lamenta que este aspecto no haya sido incluido en el programa español, reconoce que "es mejor que nada y aborda los demás impactos y cómo atajar la desertificación".
El programa propone en primera instancia la recuperación de la cubierta vegetal y de los cauces de los ríos. Defiende una correcta gestión del matorral mediterráneo o del pastoreo y propone estabilizar las riberas fluviales. El manejo de pastos, el laboreo del suelo, la quema de rastrojos o el número de cabezas de ganado por hectárea se contemplan. Casi nada queda al azar, salvo lo ya apuntado y que se olvida del compost.
De las 25 millones de toneladas de residuos urbanos que se generan en España, casi la mitad es materia orgánica. Pero sólo se producen medio millón de toneladas de compost de calidad, frente a los 12 millones potenciales. Esa materia orgánica tratada ayudaría mucho a la recuperación de la cubierta vegetal. El fracaso del sistema de recogida y tratamiento de los residuos es criticado desde su implantación. Pero la materia orgánica se sigue enterrando como si no sirviera para nada.